ilusa existencia

Anoche encontré a su esposa, fue mi maestra por un rato, nos dio copias, estuvimos en un edificio antiguo, quizá la casa de la familia, llovía, me quede un rato después del final de la clase, platique amistosa y frívolamente, lindo como solo podía hacerlo con ella, pretendiendo ocultar esa envidia emocionante que te hace feliz por que algo exista, no obstante no poseerlo y bien era que lo esperaba, entre la lluvia él llego indiferente, me reconoció, me llevaron a su casa y mi mente festejaba haberlo encontrado, debían mostrarme algo, documentos y ese tipo de cosas que no permiten intimar mucho, seguía lloviendo y había té, sutilmente desaparecí a la mujer, el té ayudo y salimos, caminamos hasta una esquina, cerca de un charco severo… el porte de la gabardina negra era inconfundible y esa expresión fría en su rostro de ojos azul bajo, cristalino, triste, y su hermoso perfil diseñado como por hadas, de cejas marcos de ingenua desesperación… su presencia solo consistía en comprensión nada más, bueno igual no hacía falta más, su atención ya significaba lo necesario como para despertar feliz, asustada y casi anestesiada ante la realidad, no lo lleve a más, su ser lejano a mi, imposible en mis condiciones era parte de ese encanto en que podría perderme soñando toda la vida, deseando tenerlo, nunca alcanzarlo, sabiendo que existe… así para mi, en medio de todo el caos. Y entonces paso un Hummer lleno de humanos, simples mortales, muertos de envidia por esa existencia fantástica cercana a mí, con ofertas vulgares y preguntas ilusas que se reflejaron en la accidentada caída de agua que resbalaba por fuera de nuestra burbuja, desperté, me puse el disfraz y recordé que tenía pendientes fuera, que debía seguir tratando de conquistar el mundo y salte a la lluvia, disimulaba las lagrimas de paso y lo dejé ahí en el ensueño encerrado, cual si fuera para mi… y ahí quedaron mis quimeras junto a su buen trato, su cuerpo salio para seguir leyendo y despertar a su mujer que debía estar preparando mi clase.

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