No recuerdo bien el momento en que me convertí en mujer de la vida difícil con ojos color de luto y expresiones de hastió antes y después de la media noche, seguramente nadie se percató de mi extraordinaria soledad tan bien educada, patética y desdeñosa.
Podría llorar todo el invierno sobre las emociones que ya no me provocas… vida de quinta.
26.10.05
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