18.9.05

La lejana histeria de Henrietta Kanoussi

Hierba índigo, muy primorosita, importada, lluvia cautelosa y tránsito histérico tras ese cristal como de pecera para grandes especies. Ensimismada Henrietta descubriendo cúmulos grises y sintiendo el frío lejano de sus sueños, la casa huele a fabuloso, los niños hacen la tarea y todos están en lo suyo, corriendo, cocinando, granado dinero y tratando de conquistar el mundo, Henrietta no, ella piensa, sueña, y deja el teléfono con mensajes y las carpetas de investigación para otro momento, parpadea, respira, y se pierde pensando en los latidos de su corazón, opacos, tristes, simples latidos por compromiso, nada es igual que en aquella época desequilibrada, casi una década ha pasado ya, todavía le duele, su mente pasa por alto haber conocido al tipo de nombre serio, perfecto, correcto, con futuro, sonriente y cordial, que le hizo 3 hijos y vive a su lado, lleno de éxito y reconocimientos, atento a sus ocurrencias y convencido de merecer a la brillante doctora Kanoussi como pareja, como alhaja, como certificado… Ella solo se abandona a las memorias, a los suspiros, a la frustración, sigue doliendo, pasa el coraje por todo su cuerpo, la sangre fluye con fuerza y las imágenes corren burlonas cuando cierra los ojos, sufre y siente de nuevo esa emoción masoquista, respira y el hijo de perra aparece una vez más, altivo, cínico, adorable, casado… Henrietta se deprime, suspira y fantasea, cree saber que algún día él se divorciara, su mujer se quedara con los niños, la casa y la menopausia.
Él regresara a su ciudad, derrotado, inspirado y libre, entonces se encontraran, donde sea oportuno, donde solían dejarse plantados, sus miradas lo dirán todo, las sonrisas traerán recuerdos y el delirio de persecución empezara para los dos, a las 3 semanas ella le habrá puesto un departamento donde él se dedicara a escribir y la doctora Kanoussi lo visitara frecuentemente, feliz, mientras todos están en lo suyo, corriendo, cocinando, ganando dinero y tratando de conquistar el mundo. Henrietta no, ella vivirá, sin pensar.

Si todo esto no funciona, existe el plan b. Henrietta pondrá una empresa de análisis políticos y soluciones desconstructistas ocupara su tiempo productivamente y olvidara sus fantasías depravadas.

2 Kommentare:

Anonym hat gesagt…

El peligro de lo interior, es el futuro que le depara, pues siempre, siempre habra alguien que pague la cuota del pasado, Henrietta ojalá opte por no cobrarse a si misma, aunque muchas de las veces es exquisito sonreir en el peor momento, pues siempre incomoda.

Anonym hat gesagt…

Wo, yo quiero ser como Henrietta!